miércoles, 16 de mayo de 2012

El cielo y el infierno muy cerca de nosotros


EL INFIERNO DE LOS VIVOS (novela) Alicia Barberis- Ed PALABRAVA- Santa Fe 2012.


La novísima y santafesina PALABRAVA inaugura su trabajo editorial con la publicación de esta novela de Alicia Barberis, escritora reconocida a nivel nacional e internacional y reiteradamente premiada (entre otras distinciones, fue finalista del Premio Casa de las Américas).
En ella elige un tema tan doloroso como común en la vida corriente: el abuso de una adolescente, su posterior reclusión en un orfelinato y la negación de su madre a asumir la responsabilidad del caso. De lo cual se desprende la orfandad total de esta muchacha de 14 años, para quien la vida entera se desmorona. Los hechos no transcurren en un ambiente de pobreza sórdida, nada de eso; el violador es alguien de buen pasar y -por dolorosa ironía-, candidato a ocupar un puesto en oficinas de Derechos Humanos.
He ahí el infierno de los vivos -título tomado de una frase de Calvino como lo anuncia el epígrafe- que, por la dedicatoria, conocemos fue historia obtenida de la vida real.
La narración en primera persona acentúa el dramatismo siempre sobrio, sin “golpes bajos” y nos asoma a los pensamientos más íntimos de Mariana, la protagonista, a su odio, su indefensión, con algunos atisbos de ternura que descubre en Sor Patricia y luego en la amistad con una joven de su edad y la madre de ella.
El relato fluye descarnado y duro. Alicia Barberis se vale de recursos válidos para hacer aflorar la desazón y el desconsuelo; por ejemplo cuando, en pinceladas breves, describe los objetos que rodean a la protagonista:
… dos canastos…..vacíos; sábanas sucias; manchas negras del techo;
O al presentar la imagen de la Magdalena, que bien podría considerarse un símbolo de las experiencias de sufrimiento de la joven:
…tiene ojos de vidrio, turbios y un hábito de yeso cubierto de tierra. La cabeza es enorme y desproporcionada…Tiene un dedo roto que señala hacia el cielo. Y un rosario de plástico cagado por las moscas.
Frases cortas ubicadas a modo de verso libre contribuyen a hacernos sentir la fluidez de sus pensamientos y su relato.
Las imágenes de la naturaleza o de interiores expresadas con fuerza poética involucran en muchos casos un paralelo con la vida:

Un remolino de aire caliente arrastró unas hojas secas. Pensé que algunas mueren antes del otoño.

Sentía un vacío en todos lados.
La vida es eso, pensé.
El final diría que es abierto. Si bien Mariana halla un término a sus pesares, es apenas el final de un ciclo. Fuera del libro quedan las acciones que se derivarán de este “viaje al Sur” y lo que le deparará el destino. Entretanto los lectores nos abrimos a la conciencia de que cielo e infierno están muy cerca de nosotros y que, en mayor o menor medida, lo podemos instaurar a nuestro alrededor con nuestros actos y la mirada hacia los-otros. Esa mirada ejercida por Barberis que ha sabido objetivar en novela.


Prof. Olga Zamboni
Posadas, mayo 2012