miércoles, 31 de julio de 2013

Nota sobre "Crónicas del hombre alto" de Alfredo Di Bernardo en Diario El Litoral

Alfredo Di Bernardo es escritor, cuentista y novelista nacido en Santa Fe, y desde 2004, entre otros proyectos, tiene su propio blog donde recoge crónicas cotidianas y que ha superado los 10 mil lectores. Los mejores textos publicados en dicho blog se reúnen en el libro “Crónicas del Hombre Alto” (el mismo nombre del blog), que saldrá a la venta el martes 2 de julio, con el cupón del diario El Litoral.
El Hombre Alto “recorre la ciudad cazando historias. Todo lo que sus sentidos perciben puede terminar transformado en literatura: una conversación escuchada al pasar, un suceso mínimo ocurrido en la calle, una imagen exhibida en Internet, alguna frase casual que despierta el recuerdo minucioso de vivencias infantiles. El Hombre Alto es un cronista de lo cotidiano -o mejor dicho, de todo aquello que suele quedar oculto en los márgenes de lo cotidiano-; y nos muestra el mundo desde una perspectiva cargada de extrañeza, un poco irónica, irremediablemente  melancólica”, reza la contratapa.
Este libro es una nueva entrega de la colección “Las 4 Estaciones de la Palabra”, que edita la Editorial Palabrava y se distribuye con el Diario El Litoral. El costo del libro es de 24.90 pesos con el cupón del diario, 50 sin el cupón.
Historias cotidianas
—¿Por qué elegiste la crónica como forma de escritura?
—En 2004, comencé a escribir textos en los que, si bien persisto en los territorios de la prosa, me he alejado por completo de la ficción para abordar sucesos y situaciones reales, episodios íntimos o públicos que, directa o indirectamente, me involucran como protagonista, como testigo presencial, o como espectador lejano pero interesado. Es un giro en mi escritura. No hay en estas páginas, por lo tanto, nada inventado. Son textos nacidos de la observación y la memoria, no cuentos surgidos de la imaginación. No he creado tampoco personajes detrás de los cuales disfrazarme. El lector advertirá con facilidad que quien narra y analiza los hechos que va narrando soy yo. Es ésta, entonces, la mirada de un cronista que circula por las calles “cazando historias”, extrayendo de ellas su costado literario y registrando después sus impresiones.
—¿Cómo sale a la calle este hombre alto para “cazar” sus historias?
—En realidad este “cazar historias” no es exacto, el cazador ya sabe qué presa va a cazar, el escritor no hace eso. Hago mi rutina de mi vida, y de paso escucho lo que dice la gente y de ahí surgen las historias. Uno tiene una predisposición natural y una percepción que se va entrenando con el tiempo, eso hace que pasen cosas y uno reconozca que es un relato literario. Lo que marca si una historia puede ser literatura, son ciertos detalles que marcan esa historia, a lo mejor una frase que dijo el personaje, o un silencio o una mirada.
—Siendo que estas crónicas fueron pensadas para un blog, ¿cómo fue el proceso de selección para el libro?
—El problema mío fue que por venir de una generación que está formada en la cultura del libro, para mí el libro es una palabra mayor, tiene una cosa de irrevocable que no lo tiene el blog. Fue una tarea ardua de corrección. La selección fue otro gran trabajo, porque el blog tiene esa amplitud que no tenés que explicar mucho si son cuentos, historias o relatos, en cambio el libro requiere un cierto orden para el lector. Entonces, elegí dividirlo en secciones que son: “Minimalismos”, “Ese bicho que anda y anda”, “De música, fútbol y lecturas”, “Filosófica-mente” y “La ciudad, sus historias”.
Prácticas de lectura
—El blog propone nuevas prácticas de lectura, ¿qué fue lo cautivante de este medio en función a la literatura?
—Tener un blog es un medio ágil para la comunicación: vos escribís un texto, lo subís al blog e inmediatamente ya lo están leyendo, y estás recibiendo la respuesta. Encontré ahí una especie de vidriera, además esto no tiene que ver con lo que yo venía escribiendo, porque éstas no son ficciones, y descubrí que me permitía un acceso al público joven, a un público no tradicional de la literatura. Internet no da para leer novelas o artículos extensos; es para la brevedad y, en ese sentido, aparecen otras prácticas de lecturas y me parece muy interesante como herramienta para que la gente lea y conozca a los autores.
—Y este blog ya cuenta con más de 10 mil lectores...
—Eso es lo impresionante que tiene Internet y particularmente el blog, tengo un promedio de 400 visitas por mes y descubro cosas insólitas con relación a los lectores: un filólogo de Barcelona, una chica que es chef en Panamá, una periodista de Mar del Plata y me parece fascinante tener esa llegada a gente que no conozco ni sé cómo llegan ahí.

Arte de tapa

Esta colección busca estimular la lectura y difundir a los autores de la provincia, y en ese sentido también se incluye a un artista plástico para plasmar el arte de tapa del libro. En este caso, la obra es de la artista plástica María Elena Machuca, oriunda de la ciudad de Avellaneda.

Machuca estudió artes visuales en la Escuela Provincial Juan Mantovani, de Santa Fe. Fue becaria de la Fundación Antorchas, del Ente Friuli nel Mondo y de la Escuela de Mosaico de Spilimbergo, Italia. Participó y expuso desde 1994, entre otros lugares, en el Museo Rosa Galisteo de Rodríguez (Santa Fe), Museo Emilio Caraffa (Córdoba), Bienal de Rafaela, Salón Pampeano, Espacio Imago, Periférica (CCB), Archivo Vivo (Tigre, Buenos Aires), Palais de Glase (Buenos Aires), Cámara de Diputados de la Nación, Sala José Luis Cabezas; Museo Julio Pagano (Reconquista), Museo Héctor Borla (Esperanza), Fundación RD (Esperanza), Salón Concordia (Entre Ríos); UTN Reconquista; Premio TAG (Buenos Aires), Arteba y Argentina Pinta Bien (Rosa Galisteo de Rodríguez), Castagnino + Macro.