Por estos días, la editorial Palabrava de Santa Fe, Argentina lanza un nuevo libro de poesía del escritor Enrique Butti: Antífonas, Amor se fue, Apuntes sobre Proust. La novedad pasa a integrar la Colección Rosa de los vientos que viene pisando fuerte con excelentes títulos.
Por este motivo, nos comunicamos vía e-mail con su autor para que nos cuente cómo vive esta nueva aventura literaria.
Enrique, después de publicar reconocidas obras de narrativa en editoriales como Sudamericana, Losada y El Cuenco de Plata, y exitosos libros de aventuras cuyos títulos supera decenas de ediciones, ¿cómo es que recién ahora aparece en una editorial santafesina su primer libro de poesía?
Bueno, al contrario de lo que advierto sucede ahora con las nuevas generaciones de escritores, algunos de la mía nos criamos literariamente en la idea de que publicar es una cuestión marginal, quizás innecesaria, y que apresurarse es un error, de manera que aunque yo escribía de chico (hacía garabatos antes de aprender a leer y les preguntaba a mis hermanas qué había escrito, y ellas me decían que nada, hasta que a una, más perspicaz, se le ocurrió decirme que no veía bien sin anteojos, que le dijera yo lo que estaba escrito, y ahí empecé a inventar, digo a leer lo todavía no escrito, es decir, a escribir), decía, aunque escribía de chico también empecé a publicar tarde narrativa, casi a los cuarenta años. Pero siempre me tuve fe en la posibilidad de conquistar lectores con mis cuentos y novelas, y más allá de lo que puede ambicionar un escritor enclaustrado en estos andurriales, debo agradecer que los lectores me acompañaran desde el principio. Pero la poesía, a pesar de los miles de volúmenes con versos que se publican cada día, a pesar de las relativas multitudes que la graznan o recitan con aspavientos en ciertos escenarios juveniles, y a pesar del raro prestigio que sigue teniendo entre quienes jamás gozan de una poesía fuera de las zonceras que les propina un póster o un supuesto verso dibujado como sentencia en algún muro por poetas boy-scouts, ¿quién lee poesía? Ése es el argumento con que traté de disuadir a Patricia Severín, la editora de Palabrava que insistía en querer publicar mis poemas, hasta ahora divulgadas solo en alguna antología o plaqueta. Pero Patricia es una fina poeta ella misma y no sé con cuáles sofismas logró su cometido. La verdad es que siempre concebí la poesía como una actividad secreta, es decir, demasiado íntima como para soñar un lector para ella. Cuando escribo narrativa, en cambio, tengo más de un lector, como ángeles de la guarda, detrás de mí, controlando, apuntando y corrigiendo lo que estoy escribiendo.
En la poesía, ¿usted no ejercitaría el control y la corrección que le exige la narrativa?
Al contrario; que la conciba como una actividad íntima y secreta no entraña que ella olvide su vocación de perfección, su arquetipo de máxima belleza, concentración y musicalidad. De hecho, aunque los resultados sean modestos, la mayoría de los poemas de este libro vienen juzgándose y corrigiéndose desde hace décadas, muchas décadas.
El libro tiene tres títulos: Antífonas – Amor se fue – Apuntes sobre Proust. ¿Son tres apartados de un mismo libro o son tres libros en uno?
El libro consiste en una selección de los tres grupos con que he venido agrupando mis poemas. Solo el último tiene variaciones; lo que aquí es una selección de poemas-apuntes sobre Proust, cuenta con otras carpetas con poemas-apuntes sobre Kiwi, Baudelaire, Borges, Ovidio y Svevo.
El libro de poesía Antífonas, Amor se fue, Apuntes sobre Proust cuenta con una hermosa edición en blanco y negro, 150 páginas y foto de tapa del fotógrafo santafesino Miguel Grattier.
Fuente: sobrelibrosycultura.com