martes, 20 de septiembre de 2016
Dos universos literarios que germinan
> Se trata de la colección “Dos Ríos” de Editorial Palabrava con la publicación de los libros “Siempre caigo en los mismos errores”, de la reconocida narradora Patricia Suárez y el novel Ignacio Benavídez se suma a la propuesta con su primer libro “Se van a remontar a la estratósfera”. Aquí, la palabra de los escritores, un adelanto de los textos que saldrán a la venta con el Diario El Litoral el 22 de septiembre.
Editar un libro no es cosa sencilla, es fruto del esfuerzo mancomunado de muchas personas que bregan para que ese proyecto se concrete. Si además ese libro cuenta con un cuidado especial en cuanto al arte de tapa, la corrección y la distribución, eso ya es un regalo.
Desde hace cuatro años, Editorial Palabrava resignifica el trabajo editorial, apuesta a un proyecto independiente (por fuera de las lógicas del mercado) y revaloriza la labor del escritor al mismo tiempo que promueve la lectura.
Así, “Dos ríos” es un eslabón más de esta propuesta editorial que llevan a cabo Patricia Severín, Alicia Barberis y Graciela Prieto Rey. Es una colección de dos libros, uno es el reconocimiento a un escritor consagrado y el otro es un impulso a un narrador novel para concretar el sueño del primer libro.
Este año, se trata de la publicación de los libros “Siempre caigo en los mismos errores”, de la reconocida narradora Patricia Suárez y el novel Ignacio Benavídez se suma a la propuesta con su primer libro “Se van a remontar a la estratósfera”.
Dos energías, dos miradas, dos estilos, confluyen en estos “Dos Ríos” e invitan a navegar estos maravillosos y personales universos. Las portadas de los libros de esta colección están engalanadas por artistas plásticos de la región. En el caso del libro de Patricia, Branka Spekuljak, nacida en Croacia y radicada actualmente en la ciudad de Santa Fe. En el caso de Ignacio, la obra pertenece a Mario Arana, de la localidad de Llambi Campbell.
EL CUENTO, PROTAGONISTA
Patricia Suárez nació en Rosario, es dramaturga y narradora. Su obra es muy prolífica, escribe cuentos, novelas, obras teatrales, poesía y literatura infanto-juvenil. Se inició escribiendo cuentos y, luego de todo su periplo, sigue siendo su género preferido: “Es estar en pantuflas, en casa. No sé por qué, pero lo sigue siendo”, cuenta la escritora.
“Siempre caigo en los mismos errores” es un libro de cuentos provenientes de dos fuentes: un libro ya agotado “Brindar con extraños” -título tomado, al igual que éste, de una canción mariachi de José Alfredo Jiménez- y algunos otros, escritos en este último par de años.
-¿Cómo fue encontrarse nuevamente con estos textos?, ¿sentiste que eran acordes a tu presente en la escritura?
Patricia Suárez- ¡Sí! No sé por qué, pero los cuentos siempre siguen siendo uno. A lo mejor porque prevalecen otros elementos en los cuentos, la música, las imágenes, por sobre la ideología, ¿no?
- Las historias que se cuentan hablan de vínculos “disfuncionales” o “truncos”...
- Tener vínculos que funcionan son fruto de dos cosas: una gran suerte, o un pedregoso aprendizaje hacia la salud (o, desgraciadamente, a la destrucción). Así que estos cuentan ese camino para alguno de los dos lados...
- De ahí el título...
- El título del libro fue una idea muy buena de la editoras! Quién dice que a lo mejor a los próximos libros les ponga “Simplemente la mano damos” o “Después que murmure la gente” -(risas)- Es chiste, pero adoro a José Alfredo Jiménez. Tiene que ver con lo que les ocurre a los personajes de estas historias, todos cometieron un error más de una vez e incluso repetidas veces. Casi no hay nadie en este mundo que no haya cometido un error más de una vez y para ellos va mi humilde homenaje.
- ¿Cómo se construye un personaje, cómo crece y se torna creíble?
- Un escritor se forma leyendo y escribiendo mucho. Vas aprendiendo; y la premisa (o promesa, capaz) básica que viene de Chéjov y la retoma Carver es: nunca juzgues a tus personajes.
- El humor es uno de tus condimentos al momento de escribir, ¿qué lugar ocupa en estos textos?
-Todo el que puedo; porque en realidad no son más que mi manera de ser. Y porque creo que es el humor el que nos permite soportar todas las angustias y tribulaciones por las que pasamos.
PARA SEGUIR PENSANDO
Dueña de una voz particular, con distintos matices según el género literario, las historias y el contexto, el desafío es siempre encontrar nuevas vertientes para decir. Con relatos dinámicos, lenguaje ameno y distintos disparadores, sus textos interpelan al lector y lo hacen pensar.
Dice en su contratapa: “Ojalá estos cuentos lleguen al lector trayéndole las dos flores más preciadas del ramillete literario, según Balzac: que lo hagan divertirse y que lo dejen pensando. Y como no puede ser de otra manera, que luego de la lectura, cada cual levante su copa y dedique un brindis a todo lo que dejó atrás, en la gaveta del pasado”.
-Con una obra tan prolífica: ¿cuáles son tus “herramientas” para no repetirte y para no caer en lugares comunes?
-¡¡¡Me repito!!! Pasa que a lo mejor el lector no me descubre y aquel tema que traté en una obra de títeres para niños aparece después en una novela erótica. Ningún artista que trabaje demasiado en su arte deja de repetirse. Cualquier actor de Hollywood, de los mejores, verá que saben hacer ocho papeles, ocho personajes. No cincuenta: la imaginación es limitada; el arte es limitado.
-¿Cuál es el espacio para la narrativa fantástica? ¿O es el realismo lo que predomina en tus textos?
- Es por épocas. Nosotros como argentinos y como latinoamericanos tenemos una gran cultura del cuento fantástico, Rulfo, Borges, Quiroga. Ahora estoy preparando un libro que se llamará “Tu blanca palidez” y es todo de fantasmas.
- ¿Cuáles son los componentes que propician una historia fluida?
- Oírla primero en la mente. A lo mejor eso lleva bastantes días. Pero después se escribe sola, sin pedir permiso.
EL PRIMER LIBRO
Ignacio Benavídez nació en Rosario pero desde hace un tiempo trabaja y vive en la ciudad de Santa Fe. “Se van a remontar a la estratósfera” es su primer libro de cuentos. “En algún momento fue un sueño, algo irrealizable, hoy lo veo como un primer paso”, cuenta Ignacio y agrega: “Es un punto de quiebre en mi vida, me costó mucho poder entender lo que estaba pasando”.
Dice Diego Oddo en la contratapa: “A través de una prosa que renuncia a los adornos para ganar en precisión, los cuentos resultan una sobrada muestra del riguroso trabajo que acompañó su escritura y de la habilidad narrativa del autor. Con un sutil manejo de la elipsis y las alusiones, este libro no está escrito para perezosos, sino que reclama con justicia la presencia de un lector atento”.
Entre las historias que se cuentan hay planes criminales, crímenes, cuentos afiliados al realismo y al relato policial, y episodios fantásticos. La poética se impone y realza los textos. Destaca Ignacio: “Cada cuento tiene un proceso distinto, casi como una vida propia. Se me hace imposible pensar en tiempos y los orígenes son variados. Hay veces que las historias vienen enteras y otras son retazos, piezas que vas juntando hasta que en un momento te das cuenta que pertenecen al mismo rompecabezas”.
-¿Cuáles son los paisajes que albergan estos cuentos?
- En general son escenarios urbanos y los personajes son gente común: un matrimonio a punto de separarse, una pareja de novios, una reunión de amigos, un asado con familiares. Sin embargo, no son cuentos costumbristas. Trato que las historias se fuguen de alguna manera de esos parámetros iniciales, así un juego puede terminar en un asesinato, una cena en un cuento con tintes fantásticos. A veces el quiebre no es tan explícito, sino que va hacia el interior de la historia.
-¿Cuáles son los autores que te gusta leer?, ¿cuáles creés que son influencias en tu escritura?
- La primera vez que pensé en escribir fue después de leer Los crímenes de la rue Morgue de Edgar Allan Poe. La segunda vez fue con Cortázar. Me gusta mucho Cortázar, el manejo del ritmo en sus textos, el humor, las vueltas de tuerca, eso de jugar entre lo real y lo fantástico. Burroughs. Carver, me costó “entenderlo”, pero hubo un antes y un después de Carver. Paul Auster. Federico Falco, Fabián Casas, Horacio Convertini. Acá en Santa Fe tenemos gente que escribe muy bien y los considero una influencia directa, por tener la posibilidad de hablar con ellos o por la cercanía, por la forma de ver las cosas: Francisco Bittar, Santiago Venturini, y algunos que creo no han publicado todavía en narrativa pero seguramente pronto lo harán como Diego Oddo y Ariel Aguirre.
Texto: Mili López
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